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martes, 8 de octubre de 2013

ERICH FROMM



Biografía

Erich Fromm 1900 - 1980


Erich Fromm nace en Frankfurt, Alemania, en el año 1900 y fallece en Suiza en 1980. Hijo único de Naftalí Fromm, judío ortodoxo, y de Rosa Krause. En 1918 finaliza su bachillerato y estudia dos semestres de derecho en su ciudad natal. Un año más tarde, realiza los estudios de Sociología, Psicología y Filosofía en Heidelberg.

En su autobiografía, Más Allá de las Cadenas de la Ilusión, Fromm habla de dos eventos acontecidos en su adolescencia temprana que le condujeron hacia este camino.

Recibió su doctorado en Heidelberg en 1922 y empezó su carrera como psicoterapeuta. Se mudó a los EEUU en 1934 (¡una época bastante popular para abandonar Alemania!), estableciéndose en la ciudad de Nueva York, donde conocería muchos de los otros grandes pensadores refugiados unidos allí, incluyendo a Karen Horney, con quien tuvo un romance.

Cerca del final de su carrera, se mudó a ciudad México para enseñar. Ya había hecho un considerable trabajo de investigación sobre las relaciones entre la clase económica y los tipos de personalidad de allí. A menudo se vería envuelto en asuntos socio-políticos por los que sentía un verdadero interés.


Fechas importantes
En 1922, se especializó en Psicoanálisis en la universidad de Munich y en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, este último fundado por Sigmund Freud.

En 1924 es psicoanalizado por Wilhelm en Munich y conoce a Frida Reichmann, una psicoanalista con la cual se casa dos años más tarde. Junto con Karl Landauer hace el intento de continuar el psicoanálisis en Frankfurt y renuncia a la práctica de un judaísmo ortodoxo hasta llegar a un ateísmo místico.

En 1927 hace sus primeras publicaciones como psicoanalista ortodoxo. Dentro de los siguientes dos años, funda en Frankfurt el Instituto de Alemania del Sur; y crea el Instituto de Berlín y Psicoanálisis con la ayuda de Hans Sachs.

En 1930 es miembro activo del Instituto de Investigación Social en Frankfurt y finaliza su formación en Berlín. Posteriormente, comienza su práctica profesional en esa misma ciudad.

1933 emigra a tierras americanas, primero a Nueva York, donde conoce a Karen Horney y se desempeña como profesor en las Universidades como Columbia, Michigan, New York y Yale.

En 1941 publica su célebre obra El miedo a la libertad, que le dio realmente a conocer. En esa obra se revelaría un alejamiento definitivo de Freud.

En 1949 se traslada a Cuernavaca, México, de cuya Universidad sería profesor. Desarrolló una teoría política que llamó "Socialismo humanista comunitario"

1955 publica La sociedad sana y el 1956 El Arte de Amar


OBRAS DE ERICH FROMM
Podrá sobrevivir el hombre?
Del tener al ser
El amor a la vida
El arte de amar
El arte de escuchar
El dogma de cristo
El humanismo como utopía real
Psicoanálisis de la sociedad contemporánea: hacia una sociedad sana
Sociopsicoanálisis del campesino mexicano: estudio de la economía y la psicología de una comunidad rural

TEORÍA DE LAS RELACIONES

Las causas que motivaron a Erich Fromm al desarrollo de su teoría se fundamentan en dos sucesos ocurridos en su adolescencia temprana, que de acuerdo a su autobiografía él manifiesta que marcaron su vida en el sentido que no comprendía lo que le sucedía, lo cual lo motivo a buscar respuesta. La primera de ellas ocurrió cuando tenía 12 años de edad y era sobre una amiga de la familia, tendría ella más o menos unos 25 años; era hermosa, atractiva y además pintora; la primera pintora que el conocía, ella estaba muy ligada con su padre y al fallecer éste, ella toma la drástica decisión de suicidarse, dejando un testamento que estipulaba que su deseo era ser enterrada al lado de su padre. Noticia que sorprendió al joven Erich, y se lanzó esa pregunta que muchos de nosotros nos haríamos: “¿por qué?”. Más tarde, encontraría algunas respuestas (parcialmente, como admitió) en Freud.

La segunda experiencia tuvo lugar durante la Primera Guerra Mundial; y su impacto fue más fuerte que el primero, tenía 14 años de edad, y pudo darse cuenta hasta dónde podía llegar el nacionalismo. A su alrededor, se repetían los mensajes: “Nosotros (los alemanes, o mejor los alemanes cristianos) somos grandes; Ellos (los ingleses y aliados) son mercenarios baratos”. El odio, la “histeria de guerra”, le asustó, como debía pasar.

LA LIBERTAD

En la actualidad, miramos la vida de la Edad Media o vemos la vida como un animal y simplemente nos encogemos de miedo. Pero la verdad es que la falta de libertad representada por el determinismo social o biológico es fácil: tu vida tiene una estructura, un significado; no hay dudas, no hay motivo para la búsqueda de un alma; simplemente nos adaptamos y nunca sufrimos una crisis de identidad.

Históricamente hablando esta simple pero dura vida empieza a perfilarse durante el Renacimiento, donde las personas empiezan a considerar a la humanidad como el centro del universo, en vez de Dios. En otras palabras, no solamente nos llevamos de ir a la iglesia (o a cualquier otra institución tradicional) para buscar el camino que vamos a seguir. Después vino la Reforma, que introdujo la idea de que cada uno de nosotros éramos responsables individualmente de la salvación de nuestra alma. Y luego sobrevinieron las revoluciones democráticas tales como la Revolución Americana y la francesa. En este momento parece que estamos supuestos a gobernarnos a nosotros mismos.

Posteriormente vino la Revolución Industrial y en vez de trillar los cereales o de hacer cosas con nuestras manos, teníamos que vender nuestro trabajo a cambio de dinero. De repente, nos convertimos en empleados y consumidores. Luego vinieron las revoluciones socialistas tales como la rusa y la china, que introdujeron la idea de la economía participativa. Además de ser responsable de tu manutención, tenías que preocuparte de tus empleados.

Así, tras casi 500 años, la idea del individuo, con pensamientos, sentimientos, consciencia moral, libertad y responsabilidad individuales, se estableció. Pero junto a la individualidad vino el aislamiento, la alienación y la perplejidad. La libertad es algo difícil de lograr y cuando la tenemos nos inclinamos a huir de ella.

En respuesta a la condición básica de la libertad, los seres humanos tienen dos formas de resolver este problema. Pueden trabajar juntos con un espíritu de amor para crear una sociedad que satisfaga de manera optimista sus necesidades o simplemente escapar de la carga de la libertad hacia dependencias y sumisión nuevas, este ultimo puede aliviar los sentimientos de aislamiento pero no satisface de manera creativa las necesidades de la humanidad ni conduce a un desarrollo óptimo de la personalidad.

Fromm describe tres vías a través de las cuales escapamos de la libertad, y las llamó mecanismos de escape, y se detallan a continuación:

1- Autoritarismo.

Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de los otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en un autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada.

Fromm hace referencia al masoquismo y sadismo como la versión más extrema de autoritarismo y nos señala que ambos se sienten compelidos a asumir el rol individualmente, de manera que aunque el sádico con todo su aparente poder sobre el masoquista, no es libre de escoger sus acciones. Pero existen posturas menos extremas de autoritarismo en cualquier lugar.

2- Destructividad.

Los autoritarios viven una dolorosa existencia, en cierto sentido, eliminándose a sí mismos: ¿si no existe un yo mismo, cómo algo puede hacerme daño? Pero otros responden al dolor volviéndolo en contra del mundo: si destruyo al mundo, ¿cómo puede hacerme daño? Es este escape de la libertad lo que da cuenta de la podredumbre indiscriminada de la vida (brutalidad, vandalismo, humillación, crimen, terrorismo)

Fromm añade que si el deseo de destrucción de una persona se ve bloqueado, entonces puede redirigirlo hacia adentro de sí mismo. La forma más obvia de auto destructividad es por supuesto, el suicidio. Pero también podemos incluir aquí muchas enfermedades como la adicción a sustancias, alcoholismo, etc. La auto destructividad es una destructividad frustrada, no al revés.

3- Conformidad autómata.

Los autoritarios se escapan de su propia persecución a través de una jerarquía autoritaria. Pero nuestra sociedad enfatiza la igualdad. La persona que utiliza la conformidad autómata es como un camaleón social: asume el color de su ambiente. Ya que se ve como el resto de los demás, ya no tiene que sentirse solo. Desde luego no estará solo, pero tampoco es él mismo. El conformista autómata experimenta una división entre sus genuinos sentimientos y los disfraces que presenta al mundo, muy similar a la línea teórica de Horney.

De hecho, dado que la “verdadera naturaleza” de la humanidad es la libertad, cualquiera de estos escapes de la misma nos aliena de nosotros mismos.

El hombre nace como una extrañeza de la naturaleza; siendo parte de ella y al mismo tiempo trascendiéndola. Él debe hallar principios de acción y de toma de decisiones que reemplacen a los principios instintivos. Debe tener un marco orientativo que le permita organizar una composición consistente del mundo como condición de acciones consistentes. Debe protegerse a sí mismo no solo del peligro de perder su vida, sino de perder su mente. Fromm habla de una “verdadera” libertad personal.

Familias

Escoger la forma en la cual escapamos de la libertad tiene bastante que ver con el tipo de familia en la que crecemos. Fromm describe dos tipos de familias no productivas:

1- Familias simbióticas.

La simbiosis es la relación estrecha entre dos organismos, que no pueden vivir el uno sin el otro. Algunos miembros de la familia son “absorbidos” por otros miembros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus personalidades por sí mismos. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma que la personalidad del niño es simplemente un reflejo de los deseos de los padres.

El otro ejemplo es el caso donde el niño “absorbe” a sus padres. En este caso, el niño domina o manipula al padre, que existe esencialmente para servir al niño.

En realidad, prácticamente todo el mundo de una sociedad tradicional aprende como ser tanto dominante como sumiso, ya que casi todo el mundo tiene a alguien por encima o debajo de él en la jerarquía social. Obviamente, el escape autoritario de la libertad está estructurado en tal sociedad.

2- Familias apartadas.

De hecho, su principal característica es su gélida indiferencia e incluso su odio helado. Aún cuando el estilo familiar de “repliegue” ha estado siempre con nosotros, ha llegado solo a dominar algunas sociedades en los últimos pocos cientos de años; esto es, desde que la burguesía ( la clase comerciante) arribó a la escena con fuerza. Menciona tipos de familia apartadas, las cuales las clasifica así:

Grupo A de las familias apartadas:

La versión “fría”:

Es la más antigua de las dos, propia del norte de Europa y partes de Asia, y en todas aquellas partes donde los comerciantes han sido considerados como una clase formidable. Los padres son muy exigentes con sus hijos, de los cuales se espera que persigan los más altos estándares de vida. Los castigos no son cuestión de un coscorrón en la cabeza en medio de una discusión durante la cena; es más bien un proceso formal; un ritual completo que posiblemente envuelve romper la discusión y encontrarse en el bosque para discutir el tema. El castigo es radical y frío, “por tu propio bien”. De forma alternante, una cultura puede utilizar la culpa y la retirada de afecto como castigo. De cualquiera de las maneras, los niños de estas culturas se tornan hacia el logro en cualquiera que sea la noción de éxito que éstas posean.

El estilo puritano de familia:

Defiende la huida destructiva de la libertad, lo cual es internalizado a menos que algunas circunstancias (como la guerra) no lo permitan. Este tipo de familias propulsa una forma más rápida de perfeccionismo (viviendo según las reglas) que es también una forma de evitar la libertad que Fromm no menciona. Cuando las reglas son más importantes que las personas, la destructividad es inevitable.
Grupo B de las familias apartadas:

La familia moderna
Se puede hallar en la mayoría de sociedades más avanzadas del mundo, de manera especial en EEUU. Los cambios en las actitudes de la crianza infantil ha llevado a muchas personas a estremecerse ante el hecho de un castigo físico y culpa en la educación de sus hijos. La nueva idea es criar a tus hijos como tus iguales. Un padre debe ser el mejor amigo o compañero de su hijo; la madre debe ser la mejor compañera de su hija. Pero, en el proceso de controlar sus emociones, los padres se vuelven bastante indiferentes. Ya no son, de hecho, verdaderos padres, solo cohabitan con sus hijos. Los hijos, ahora sin una auténtica guía adulta, se vuelven a sus colegas y la “media” en busca de sus valores. Esta es, por tanto, la superficial y televisiva familia.
El escape de la libertad es particularmente obvia aquí: es una conformidad autómata. Aunque todavía esta familia está en minoría en el mundo (salvo, por supuesto, en la TV), esta es una de las principales preocupaciones de Fromm. Parece ser el presagio del futuro.
Familias amorosas y razonables:
Considerada como una familia buena, sana y productiva. Fromm sugiere que ésta sería una familia donde los padres asumen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera de amor. El crecer en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar su libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y finalmente por la sociedad como un todo.

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